IMAGEN Y SEMEJANZA
Independientemente de la Religión, Credo, Creencia, Imagen que tengas de Dios, de la Fuente Suprema, de El Padre o como quiera que lo llames, o en lo que creas; venimos de un Ser Supremo, venimos de una Energía Mayor. Y para efectos de este articulo, voy a llamarlo como siempre lo he llamado MI PADRE.
Una de mis mayores preguntas desde pequeña era: si somos hijos de El Padre - Dios, y él es nuestro padre, ¿entonces porque nos juzga a cada momento? Esto es pecado , esto no!, cuidado con lo que haces que Dios desata su furia! En fin, llenos de miedos de un juicio macabro realizado por nuestro Padre supuestamente amoroso!
Luego cuando fui madre pensaba que no tenía lógica: cómo si yo era una madre amorosa e imperfectamente humana, y sin embargo no era juez de mis hijos también imperfectos; entonces porque si Dios era todo amor, todo perfección, todo poderoso, ¿como podía entonces juzgarme y manejarme como una suma y resta de actos buenos y malos y al final de mi historia terrestre ver el resultado positivo o negativo y dependiendo de esto ir para un lado que llaman Cielo o Infierno? No lograba entenderlo.
Pero un día llego a mis manos un libro maravilloso para mí y que realmente marcó otro punto cero dentro de mi vida, un nuevo entendimiento y muchas de las respuestas a mis más profundas preguntas: “El Plano Sublime” (Autor – Ramtha), a partir de este momento entendí:
Que, si yo era hija de Dios, hecha a su imagen y semejanza, entonces tenía dentro de mí todo el poder, todo el amor, toda la luz, toda la energía divina; y que por mas equivocaciones que tuviera en mi vida no había ninguna posibilidad de un juicio que pudiera tener resultado positivo o negativo!!!
Si soy su hija, dentro de mí está su más profunda esencia (igual que cada padre trasmite a su hijo su esencia, hasta sus manías!). Es decir, que dentro de mi, se encuentra el amor incondicional, la paz inmutable, la fuerza creadora del Universo y que todo cuanto yo quería estaba dentro de mí, como mi esencia propia.
Si soy hecha a imagen y semejanza de Dios, tengo el poder dentro de mí de co-crear con mi Padre cada evento de mi vida. Entendí que la vida era mi responsabilidad porque yo consciente o inconscientemente tengo el poder de crearla con mi Padre. Así como un hijo se sienta a hablar con su padre de su futuro, de sus planes, de lo que sucedió en el cole, en la universidad, en fin , de lo que paso cada día; así mismo entendí, creo y practico a diario, que cada día es una nueva creación que me corresponde hacer a mí en compañía de mi Padre.
Que el único juicio posible, es el que mi conciencia emite desde mi alma basada en la única ley de Dios: El Amor. Y bajo esa perspectiva me doy cuenta del dolor que causo, cuando no actúo desde mi esencia divina , El Amor.
