LO INCREÍBLE DE LA PRESENCIA
Parte del plan era participar en un evento increíble: La KUMBHAMELA o KUMBH MELA, quiere decir literalmente: la reunión de la vasija que porta el elíxir de la inmortalidad. Es un peregrinaje que se realiza cada doce años en cuatro lugares de la India, al lado del río Ganges. Las fechas y las ciudades están vinculadas a conocimientos astronómicos, astrológicos y espirituales, así como a ritos tradicionales y costumbres. Por ejemplo, los creyentes hinduistas se deben sumergir durante este evento cinco veces en el río para sanar el espíritu, es decir, limpiar sus pecados y liberarse del ciclo de reencarnación, podríamos decir que la finalidad de este baño es la búsqueda de la purificación para la iluminación.
Este año se celebró en Allahabad. Esta ciudad tiene un significado muy especial en las escrituras védicas, pues aquí se unen los tres ríos sagrados de la India Ganges, Yamuna y Sarawasti. A este evento asistieron más de 20 millones de personas, un evento sin precedente en mi mente.
Para un evento de esta magnitud, en una ciudad relativamente pequeña de la India, era de esperarse que el problema fuera la acomodación. Como lo suponíamos no hubo cupo alguno en los hoteles del lugar así que dormimos en carpas del desierto, muy cómodas por cierto. Solo estuvimos un día auqnue la verdad es que a mi me hubiera gustado permanecer en ese espacio más tiempo, no por la belleza del lugar, o por la comodidad o la comida, sino por la energía del ambiente, la energía de ese espacio mágico.
Me impactó ver este lugar con tantísimas personas, donde la mayoría tiene un interés común espiritual y, sumado a esto, ver la fe, la creencia y la entrega de esas personas, que yo resumiría en una palabra: PRESENCIA. Esta presencia me impactó bastante y entendía la fuerza tan grande que tiene el estar presentes, en el momento, en el instante mismo.
Me quedé un largo rato mirando una señora que acababa de salir de su baño en el río, de sumergirse sus cinco veces. Ella puso una tela en la arena sobre la cual se sentó. Organizó su sari en un minuto, prendió un incienso en forma de piramide diminuta que colocó en una esquina de la tela y comenzó, sin hablar, a peinarse su largo cabello. La gente pasaba por los lados, ¡imagínense cuántos millones de personas estábamos en ese mismo instante alrededor!, pero a ella no le importaba, ella no miraba si no al vacío, como ida, como en éxtasis, y seguía peinándose en una presencia absoluta, pues ella estaba en lo que estaba y no importaba quién hubiera a su lado o qué estuvieran haciendo los otros. Tan impresionante era el estado de esta persona que ni siquiera el incienso se lo tumbaron, porque cuando la presencia del ser es tan consciente, nada ni nadie interrumpe ese momento, todo el universo respeta un momento de presencia como ese.
Un momento que deja mucho por aprender, por vivir, por sentir, la consciencia del todo en un solo instante.
LA PRESENCIA, ESTAR EN EL MOMENTO CON TODA MI MENTE, TODO MI CUERPO Y TODO MI ESPÍRITU, SIN PASADO , SIN FUTURO , SOLO ESTAR.
