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INDIA VI - MEDITACION Y VOLUNTAD


Una experiencia maravillosa vivi cerca de Pondicherry (Puducherry), una ciudad hermosa al lado del mar, bastante caliente, pero en el disfrute de vivir la ciudad se te olvida el calor.  Hay una parte que perteneció a los franceses y aún conserva mucho de los edificios de esa época.  Es lleno de almacencitos muy bellos, de cosas curiosas, manualidades, tallas de madera, restaurantes deliciosos una ciudad para conocer y disfrutar.  

Pues cerca de esta ciudad existe un lugar llamado Auroville, que es un territorio creado por los dos avatares Siri Aurobindo y La Madre, con la intención de que en este sitio no hubiera nacionalidad, no existiera moneda sino intercambios y que se respetara al ser. Que además fuera un centro de crecimiento espiritual dedicado a la experimentación en la unidad humana.  

Auroville es un territorio extenso donado por la India. El proyecto de construcción de todo el lugar estuvo apoyado por la ONU hace mas de 50 años. Aún existe y se conserva.  La ciudad vista desde arriba parecería una especie de mandala y en el centro de esta “ciudad”, existe el MATRIMANDIR, una esfera dorada gigantesca e impactante, 30m de diámetro y sostenida por cuatro pilares. Tiene además  dos rampas de acceso a una cámara especial de meditación y profundo silencio. Esta cámara tiene en el centro una gran bola de cristal puro que filtra un rayo de luz solar, que la atraviesa y desciende a través de una apertura en el vértice de esta gran esfera. Esta esfera simboliza la nueva y gran consciencia que comienza a manifestarse. Teníamos la posibilidad de ingresar o no al Matrimandir y eso nos lo habían advertido desde nuestra primera reunión de viaje en Colombia.  Cuando llegamos allí nos dijeron que no había entrada ni para ese día ni para el siguiente así que no alcanzábamos a entrar. Al sitio solo pueden ingresar 70 personas por día y no se permiten grupos de más de nueve personas. En fin,  no íbamos a poder entrar. En ese instante algo dentro de mí dijo que yo debía entrar allí. Me acerqué a nuestra coordinadora de viaje y le dije que yo quería ingresar al Matrimandir y que me quedaba en esta ciudad y los alcanzaba después en la ciudad donde ellos estuvieran. Ella quedó un poco sorprendida pero ante mi decisión contundente solo dijo: 
—Listo, Merce. Te ayudamos a coordinar todo y nos encontramos en dos días. 
Así que llego el día de visitar esta gran esfera. Un taxi me recogió en el hotel, me llevó a Auroville, nos dieron unas instrucciones claras antes de ingresar, como dejar los celulares, y entramos a la parte de abajo de la esfera, donde se encuentra un hermoso estanque que se asemeja a una gran flor de loto. El estanque está hecho en mármol y allí hicimos inicialmente una pequeña meditación individual en silencio , era como una especie de preparación para luego subir a la gran cámara blanca donde se encuentra la gran bola de cristal puro. Allí no hay imágenes ni rituales religiosos y puede ingresar cualquier persona.  Sin importar su color, su creencia, su religión, y además nadie esta pendiente del otro, solo se va allí para estar en una presencia del ser absoluta.

Las 70 personas que ingresamos permanecimos en completo silencio, en profunda concentración, calma y enfoque, subimos una rampa sin zapatos —por supuesto—, e ingresamos a la gran cámara de mármol blanco. Cada quien se sienta donde quiere, sobre unos cojines y en silencio, apagan la luz y  comienza la meditación. Una meditación de 30 minutos exactamente, pues no se permite estar más tiempo dentro de esa cámara. Al cabo de ese tiempo encienden dos veces una luz en señal de que el tiempo a finalizado y es momento de salir del lugar.

Yo me senté recta, enfoqué esa gran esfera de cristal a la cual le caía ese rayo de luz solar y esa esfera estaba proyectando en mis ojos tres puntos diminutos de luz, tres puntos que para mí representaron en mi mente de inmediato, PADRE  - HIJO – ESPÍRITU SANTO, la unidad del Ser: MENTE – CUERPO – ESPÍRITU.  El tiempo pasó para mí demasiado rápido, media hora que fue solo un instante, hubiera querido permanecer allí por más tiempo.

Salimos de la esfera dorada y al lado hay un bosque de arboles inmensos, de esos que llaman caminantes pues sus raíces se van expandiendo de una manera majestuosa y hermosa.  Un tiempo más para estar en la presencia del ser, en contacto con uno mismo y la naturaleza.

Solo termino contándoles que fue una de las más nutridas experiencias de vida, solo 30 minutos de absoluto silencio, absoluto enfoque, absoluto disfrute y absoluta presencia.  Salí de allí sabiendo en mi interior que había vivido una de las mejores experiencias transformadoras de mi vida.
Agradezco al ser dentro de mí que tuvo la voluntad y el amor propio, de ir al Matrimandir sin duda, con amor y disfrute.



MOMENTOS DE SILENCIO, ENFOQUE, PRESENCIA, DISFRUTE LE PERMITEN 
A MI SER UNIFICARSE EN EL AMOR Y LA PAZ PARA DARLE SENTIDO A CADA MOMENTO DE VIDA .

GRACIAS INDIA POR TANTO .

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