In ALGUIEN A MI LADO AMARME CONCLUYO DISFRUTARME RESPETARME YO MISMA

ALGUIEN A MI LADO



Llevo varios días caminando. Han sido muchos kilómetros caminados, no sé, tal vez unos 20 - 25 kilómetros por día. Estoy haciendo la peregrinación a Santiago de Compostela.  
Hay paisajes maravillosos, montañas, viñedos, potreros, pueblecitos de piedra, bosques, gente que pasa a mi lado. Todos vamos en el camino y asemejo este camino a la vida, a mi vida.
Pienso mucho. Mi vida está cambiando bastante. Hoy mis hijos ya salieron de la casa. Ya cada uno está haciendo su vida, tratando de realizar sus sueños. Cada uno ha tomado las sendas de su propio camino y me siento orgullosa de cada uno de ellos. Me siento agradecida con Dios por los hijos maravillosos que me dio. Y sigo caminando, y siguen pasando caminantes por mi lado, y de pronto me invade un sentimiento de tristeza profunda, pues veo pasar gente y yo sigo sola caminando.
Hago un alto en mi camino para evacuar mi mente y escribir pues hoy ha sido un día duro en mi caminar. No dormí bien anoche y me duele un pie, creo que de tanto caminar. Y tal vez por eso estoy más nostálgica; tal vez es el camino; tal vez es la realidad de la vida donde a veces nos sentimos verdaderamente solos. Hago consciencia de que el camino de la vida es realmente solos! 
Las personas que a diario llegan a nuestra vida y las que llegan para quedarse, las que llamamos más cercanas como esposo, hijos, padres, hermanos, amigos, están realmente de paso en nuestra vida: pueden llegar un día, quedarse un tiempo e irse. Aunque permanezcan en el corazón, están de paso por el día a día. No es fácil a veces hacer consciencia de esto, pues nuestros apegos mundanos, nuestro ego, preferirían mantenerlos cerca siempre.  
Camino sola y me doy cuenta de cuanta oscuridad aún hay en mí. Y sin miedo, aunque con dolor, decido mirar de frente mi propia oscuridad: mis miedos más profundos, mis angustias. Y logro ver luz, aunque tenue, pero al fin y al cabo luz.
Hago una parada en un potrero, debajo de un hermoso árbol. Me acojo a su sombra y me refugio en mi libreta para escribir y desahogar el alma, la tristeza, desahogar el camino, desahogar la vida y me siento sola. Y la verdad en ese momento quiero estar sola.  Llegan unas abejas y les pido el favor de que me dejen sola, que necesito ese momento para mí. Ellas muy respetuosas se van y yo escribo:

Hoy me he sentido especialmente sola.
Hoy estoy entendiendo que el camino se hace solo.
Hoy estoy entendiendo que solo yo puedo dar cada paso para andar este camino llamado vida.
Hoy hago consciencia de tantos momentos vividos y concluyo que quiero más momentos felices.
Concluyo que quiero alguien a mi lado que disfrute también a mi ritmo.
Concluyo que quiero alguien a mi lado para quien sean importantes los momentos, más que las metas.
Concluyo que quiero alguien a mi lado para quien sea más importante hacer un alto en el camino para bailar, que llegar.
Concluyo que quiero alguien a mi lado para quien sea más importante compartir, que llegar.
Concluyo que quisiera alguien a mi lado para quien sea más importante sentir y vivir, que llegar.
Concluyo que quisiera alguien a mi lado para quien sea más importante compartir un pensamiento, que hablar con un extraño una banalidad cualquiera.
Concluyo que quisiera alguien a mi lado para quien sea más importante ver un atardecer juntos, que llegar.
Hoy caminando sola, sintiendo cada paso como la vida misma, simplemente concluyo que quisiera alguien a mi lado para compartir y disfrutar este camino, mi camino.

Reanudo mi caminar, tomo mis bastones, me pongo el morral, pongo algo de música para darle un toque personal a ese caminar y sigo caminando. Y camino y camino. De pronto, siento pasos muy cerca de mí y miro hacia atrás, pero no hay nadie. Sigo caminando y de pronto mi mente y mi corazón hacen una catarsis: un momento de esos donde te llega una conclusión a la pregunta o sentimiento que te ha venido martillando.  Y me doy cuenta como un chispazo en el alma que SOLO ME TENGO A MI MISMO, que solo quiero encontrarme a mi misma en cada uno de los momentos descritos antes.

EN ESTE INSTANTE ENTIENDO QUE ESE ALGUIEN CON QUIERO COMPARTIR MI CAMINO, SOY YO MISMA.

Hoy concluyo que quiero disfrutarme en cada paso que doy.
Hoy concluyo que quiero disfrutar cada atardecer.
Hoy concluyo que quiero disfrutar bailar sola.
Hoy concluyo que quiero compartir más momentos conmigo misma.
Hoy concluyo que no camino sola.
 Estoy con la persona más importante de mi vida: yo misma.

HOY CONCLUYO QUE YO SOY MI PROPIA COMPAÑÍA, QUE YO SOY MI PROPIA LUZ Y TOMO LA DECISION CONSCIENTE DE DISFRUTARME, RESPETARME Y AMARME.

Read More

Share Tweet Pin It +1

3 Comments